Por: Roberto Velasco Alvarez / Graeme Clark
México y Canadá compartimos una visión común sobre el futuro de Norteamérica como una región democrática, abierta y próspera. Uno de los pilares de la idea norteamericana incluye la cooperación trilateral para avanzar en materia migratoria. En ese sentido, Canadá y México damos la bienvenida a personas que ingresen de manera ordenada a nuestros países, tanto para dinamizar nuestros mercados laborales como también para ofrecerles protección internacional en caso de necesitarla.
Esta semana llevamos a cabo el Diálogo de Alto Nivel Sobre Movilidad (Danmov), en el que abordamos la movilidad de la mano de obra; cómo hacer frente al aumento de solicitudes de asilo no fundamentadas, así como nuestros instrumentos para avanzar conjuntamente hacia una migración ordenada, segura, regular y humana. Junto con el Servicio Nacional de Empleo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, en la Cancillería recibimos a una nutrida delegación canadiense para poner en marcha políticas públicas y programas de cooperación en la materia.
Alrededor del 70% del crecimiento poblacional de Canadá —y prácticamente la totalidad del aumento de su fuerza laboral—se debe a la migración. Es un país de migrantes, recibe con brazos abiertos a miles de inmigrantes de todo el mundo y se enorgullece de su diversidad. Tanto canadienses como mexicanos sabemos que las personas que llegan a echar raíces en nuestros países traen consigo nuevas perspectivas y talentos que enriquecen nuestras sociedades. Así, la creciente escasez de mano de obra en Canadá lleva a que la migración segura, ordenada y regular cobre cada vez mayor importancia.
En el marco del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT), México es la mayor fuente de migración regular en el sector agrícola. Sin embargo, este programa insignia es una parte de nuestra extensiva colaboración en temas de movilidad y migración. Miles de mexicanos viajan anualmente a Canadá para trabajar durante varios meses. Posteriormente, regresan a sus comunidades, en México, para disfrutar de los frutos económicos de sus esfuerzos con sus familiares. Sin duda, estos esquemas son fundamentales para la productividad y seguridad alimentaria de Canadá. Sabemos que, juntos, podemos cubrir nuestras necesidades regionales y dialogamos constantemente para enfrentar los distintos desafíos presentados en América del Norte.
México y Canadá coincidimos en foros internacionales con respecto a nuestra visión sobre migración. Por un lado, ambos suscribimos los Pactos Mundiales para una Migración Segura, Ordenada y Regular y para los Refugiados, así como la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección. Además, trabajamos en abordar este fenómeno de manera humanitaria y responder a los factores económicos y de seguridad que provocan la migración masiva.
En cuanto a nuestra relación bilateral, durante la X Cumbre de Líderes de América del Norte, que se llevó a cabo en enero, definimos el Plan de Acción México-Canadá, donde se identificó como uno de sus nueve pilares el tema de turismo, migración y movilidad humana. Más allá de los millones de turistas canadienses que han venido a descubrir las hermosas playas, los fascinantes sitios arqueológicos, las ciudades vibrantes y lo pueblos mágicos de México, cada año también vienen miles de canadienses a estudiar, trabajar o disfrutar de su jubilación como residentes.
Tanto Canadá como México estamos comprometidos con la mejora del bienestar de nuestros habitantes y con seguir fomentando los lazos que nos unen. Queremos que las personas que desean oportunidades de crecimiento conozcan cuáles son las opciones para hacerlo de la manera correcta. Buscamos que los migrantes norteamericanos tengan mayores probabilidades de éxito, eviten ser defraudados y no cometan errores que podrían afectar sus procesos de admisión. Seguiremos trabajando conjuntamente para hacer frente a los retos en materia migratoria, no sólo como región norteamericana, sino a nivel continental y global.